Todo matrimonio tiene un tema en común- las propiedades. Si son dueños de una mansión de un millón de dólares o si son dueños de una casa sobre ruedas, la pareja siempre tendrá que dividir sus propiedades y sus deudas.
Algunos de los bienes serán la propiedad exclusiva de uno de los cónyuges, aun después del matrimonio, y algunos bienes se dividirán. Lo mismo sucede con las deudas. La mayoría de las deudas que tenía la pareja durante su matrimonio se compartirá con el divorcio, pero algunas deudas personales continuarán siendo exclusivamente tuyas.
Recuerda que el veredicto de divorcio establece las obligaciones entre cónyuges pero no cambia las obligaciones establecidas en un contrato con un prestador.
Los bienes maritales o comunitarios se definen como bienes o deudas que recientemente se adquirieron durante el matrimonio, ya sea juntos o por uno de los dos, aparte de regalos o herencias para uno de los cónyuges.
La mayoría de los estados no han establecido una fórmula matemática para la división, y el tribunal decidirá cuál es la justa distribución basada en una combinación de factores que están señalados en las leyes estatales.
Los bienes no maritales o separados son los bienes que cada cónyuge tenía en posesión antes de el matrimonio y que permanecen sin cambios, ó los regalos o herencias recibidas por un cónyuge durante su matrimonio (estos incluyen los regalos que uno recibió del otro cónyuge).
Los bienes compartidos son los bienes y las deudas que se obtuvieron antes del matrimonio pero los cuales fueron intercambiados por otros nuevos bienes, reparados o mejorados durante el matrimonio con fondos maritales, o las deudas que existían antes del matrimonio pero fueron pagadas con fondos maritales.
Disipación es el uso de bienes maritales o el inicio de deudas maritales por un cónyuge con propósitos no maritales una vez que el matrimonio se empiece a disolver. El cónyuge culpable de disipación podría verse obligado a reembolsar los bienes maritales.
La adquisición de bienes raíces a nombre de ambos cónyuges o el traspaso de bienes raíces al nombre de ambos ocasiona derechos y responsabilidades legales para la pareja. Bienes raíces adquiridos por un cónyuge después del matrimonio por lo general será tratado como propiedad marital sujeta a reclamo por parte del otro cónyuge.
Si uno desea no ocasionar derechos para cónyuges en la compra de bienes raíces, se deberá consultar con un abogado marital antes de la adquisición de la propiedad para definir si la separación de la propiedad es legalmente posible.
Para las propiedades que generan ingresos y los bienes que son negocios propios debe establecerse una entidad como empresa, o como corporación, compañía limitada o fideicomiso, para poder hacer una separación clara de la propiedad. Aun cuando se estén haciendo esfuerzos por separar la propiedad, los ingresos que genere el negocio durante el matrimonio, y posiblemente la plusvalía de la propiedad del negocio, pueden seguir siendo propiedad marital.
El dinero es difícil de establecer como un bien compartido o separado. Al igual que las propiedades, las cuentas bancarias y las inversiones se pueden obtener individualmente o de manera compartida. Si los fondos están en una cuenta compartida, estás regalando a tu cónyuge la totalidad del dinero.
Lo que debes hacer es mantener fondos y cuentas separadas. Al separar los fondos monetarios deberás mantenerte al tanto de cada transacción que genere la cuenta.
Siempre es recomendable nombrar a un beneficiario de tus bienes para que en el caso de tu muerte la transferencia de bienes no tenga alguna complicación. Si no has preparado un testamento nombrando a un beneficiario, las leyes del estado dividirán tus bienes.
Si tu cónyuge recibe o paga manutención de algún tipo, los bienes compartidos y los registros de impuestos compartidos pueden someter tus ingresos y tus bienes individuales a escrutinio por parte del abogado de tu oponente y por el juzgado que revise las necesidades o la obligación de manutención de tu cónyuge.
Si deseas mantener tus ingresos y tus bienes fuera del litigio de tu cónyuge, debes mantener cuentas y registros separados, incluyendo los registros de impuestos.
Al contactarnos no crea una relación abogado-cliente.